miércoles

Se descolgó el silencio





Se descolgó el silencio,
sus atroces membranas desplegadas como
las de un murciélago anterior al diluvio,
su canto como el cuervo de la negación.
Tu boca ya no acierta su alimento.
Se te desencajaron las mandíbulas
igual que las mitades de una cápsula
inepta para encerrar la almendra del destino.
Tu lengua es el Sahara retraído en penumbra.
Tus ojos no interrogan las vanas ecuaciones
de cosas y de rostros.
Dejaron de copiar con lentejuelas amarillas
los fugaces modelos de este mundo.
Son apenas dos pozos de opalina
hasta el fin donde se ahoga el tiempo.
Tu cuerpo es una rígida armadura sin nadie,
sin más peso que la luz que lo borra y lo amortaja en lágrimas.
Tus uñas desasidas de la inasible salvación
recorren desgarradoramente el reverso impensable,
el cordaje de un éxodo infinito en su acorde final.
Tu piel es una mancha de carbón sofocado
que atraviesa la estera de los días.
Tu muerte fue tan sólo un pequeño
rumor de mata que se arranca
y después ya no estabas.
Te desertó la tarde;
te arrojó como escoria a la otra orilla,
debajo de una mesa innominada, muda,
extrañamente impenetrable,
allí, junto a los desamparados desperdicios,
los torpes inventarios de una
casa que rueda hacia el poniente,
que oscila, que se cae,
que se convierte en nube.


Poema en la voz de
Blue

1 dejaron su huella:

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Otro poema de Olga Orozco que no conocía y que me ha parecido tremendo, lacerante, como la misma muerte y el olvido. Me ha gustado mucho oírte declamarlo. Otro beso, Blue.